Para entender el ataque autoinmune de las células beta en la diabetes tipo 1, ayuda entender cómo funciona normalmente el sistema inmune. En los humanos, el sistema inmune protege a la persona de los invasores externos (también conocidos como patógenos), tales como bacterias o virus, y células anormales o enfermas, tales como las células del cáncer. Además, la respuesta inmune permite tolerar algunas materias extrañas y células normales para cada individuo (o «auto»). El equilibrio entre una respuesta destructiva y una respuesta tolerante tiene que ser justo el adecuado; de otra manera, la gente contrae problemas médicos autoinmunes.
En esta página aprenderá acerca de:
Linfocitos y órganos del sistema inmune
Las células inmunes se llaman linfocitos, un tipo de glóbulo blanco. Los órganos o sitios inmunes importantes del cuerpo son el timo, la médula ósea y los nodos linfáticos.
Los linfocitos incluyen:
- Las células T que pueden atacar o matar a las células infectadas o defectuosas, también pueden regular la respuesta inmune. Los receptores de las células T (TCRs) en la superficie de la célula reconocen y responden al tejido extraño o anormal. Este proceso se denomina inmunidad mediada por células. Consulte el glosario que aparece abajo para conocer más acerca de los diferentes tipos de células T
- Las células B que fabrican anticuerpos. Las células B están involucradas en la inmunidad humoral (relacionada con la sangre).
- Las células NK (asesinas naturales) que provocan la muerte de las células.
Los órganos del sistema inmune incluyen a:
- El timo: una glándula en el pecho que programa al sistema inmune. Una función importante es elegir y desarrollar las células T que protegerán al cuerpo y eliminar las células T que podrían atacar al cuerpo.
- Médula ósea: la fuente de las células precursoras o madre, que pueden convertirse en nuevos glóbulos.
- Nódulos linfáticos: pequeñas glándulas en todo el cuerpo que atrapan a las células extrañas o enfermas.
Cómo funciona el sistema
El cuerpo tiene un repertorio enorme de células T, células B, y células NK diferentes que responden al tejido extraño o anormal. Las células inmunes patrullan el cuerpo y otras células que exhiben un pedacito o fragmento de proteína o materia extraña les señala que se detengan. El fragmento de proteína es presentado por una molécula del complejo mayor de histocompatibilidad (MHC). Lo que sucede a continuación depende del tipo de célula inmune, fragmento de proteína, materia extraña, molécula de MHC y célula que lo presenta. Y la respuesta inmune es diferente o única en cada individuo.
En general:
- Las células T son seleccionadas por la glándula del timo durante el desarrollo de la persona, y responden a fragmentos de proteínas extrañas o anormales presentados por las moléculas de MHC clase I y clase II. Ignorarán a las auto proteínas. Sólo responderán aquellas células T con un receptor de células T específico para ese fragmento de proteína. El conjunto de células T y TCRs de cada uno es diferente. Existen múltiples tipos de células T, cada uno de los cuales tiene combinaciones específicas de TCRs, y por lo tanto tiene una función distintiva en la inmunidad mediada por la célula.
- Las células B responderán a los fragmentos de proteínas extrañas presentados por las moléculas de MHC clase I mediante la formación de anticuerpos. Las células B fabrican anticuerpos contra una variedad de diferentes combinaciones y formas de proteínas, pero normalmente no fabrican anticuerpos contra las autoproteínas. El rango de respuestas de los anticuerpos es único para cada individuo y se desarrolla durante el transcurso de la vida de la persona.
- Las células NK responden automáticamente a las moléculas extrañas o enfermas mediante la liberación de químicos tóxicos que destruyen las células. Esta respuesta NK es universal para todos los humanos, lo que significa que todos normalmente responden a las mismas cosas.
- Las moléculas de MHC clase I y clase II desempeñan un papel importante en la definición de la respuesta inmune específica de una persona. La estructura de la proteína de MHC determina cuáles fragmentos de proteínas se presentan. Diferentes moléculas de MHC se asocian con la predisposición así como con la protección de condiciones autoinmunes.
Glosario -Tipos de células T:
- Las células T citotóxicas (células Tc) contienen la glucoproteína CD8, y sus TCRs interactúan con las moléculas de MHC clase I. Las células T citotóxicas se llaman así porque pueden destruir las células enfermas (tales como las cancerosas o infectadas viralmente) o extrañas (ej. transplantadas).
- Las células T ayudantes o cooperadoras (células Th) contienen la glucoproteína CD4 y reconocen los antígenos presentados por las moléculas de MHC clase II. Cuando están activadas, las células T ayudantes regulan la respuesta inmune mediante la liberación de citocinas, pequeñas proteínas de señalamiento que pueden promover la función de otras células T. Son instrumentales en dirigir la actividad de las CD8.
- Las células T reguladoras (también conocidas como Treg o células T supresoras) mantienen el equilibrio entre la tolerancia y matar células, o citotoxicidad. Regulan la duración de una reacción inmune y suprimen la autoinmunidad. (Su sistema inmune atacando al tejido corporal propio).
- Las células T asesinas naturales (células NKT), en contraste con las otras células T, responden a otros tipos de materias extrañas que contienen elementos de carbohidratos y grasas (glucolípidos). Las células NKT liberan citocinas así como químicos que destruyen directamente las células, y tiene características tanto de las células ayudantes como de las células T citotóxicas.
- Las células T de memoria son críticas para la capacidad del sistema inmune de adquirir inmunidad contra materias extrañas o enfermas. Las células T de memoria tiene marcadores o CD4 o CD8, y responden a antígenos presentados por las moléculas de MHC tanto clase I como clase II. Una infección dispara la creación de células T con memoria específica de un antígeno, que luego permanece en la corriente sanguínea después de que la infección remite. Si las células T de memoria alguna vez se exponen a su antígeno específico, generan rápidamente muchas nuevas células T efectoras para combatir a este patógeno familiar.